Versos de la bíblia sobre
Paciencia
Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.
Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él.
Misericordioso y clemente es Jehová;(A) Lento para la ira, y grande en misericordia.
Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús,
Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna.
Porque un momento será su ira, Pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, Y a la mañana vendrá la alegría.
El que tarda en airarse es grande de entendimiento; Mas el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad.
He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.
Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová.
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;
que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.
El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.
Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.
Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.
con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,
No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.