Versos de la bíblia sobre
ƒurso
Panal de miel son los dichos suaves; Suavidad al alma y medicina para los huesos.
Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto.
Los labios del justo saben hablar lo que agrada; Mas la boca de los impíos habla perversidades.
No conviene al necio la altilocuencia; !!Cuánto menos al príncipe el labio mentiroso!
Libra mi alma, oh Jehová, del labio mentiroso, Y de la lengua fraudulenta.
y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
Abre tu boca, juzga con justicia, Y defiende la causa del pobre y del menesteroso.
No toma placer el necio en la inteligencia, Sino en que su corazón se descubra.
porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas.
La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos.
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
Alabad a Jehová, invocad su nombre; Dad a conocer sus obras en los pueblos.
Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; Mas en la multitud de consejeros se afirman.
Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;
así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.
En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente.
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; Contaré todas tus maravillas.
Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; El que cierra sus labios es entendido.
Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.
Mientras callé, se envejecieron mis huesos En mi gemir todo el día.
Y diréis en aquel día: Cantad a Jehová, aclamad su nombre, haced célebres en los pueblos sus obras, recordad que su nombre es engrandecido.
El hombre se alegra con la respuesta de su boca; Y la palabra a su tiempo, !!cuán buena es!